lunes, 24 de abril de 2023

Preguntar es un ARTE.

Siendo honesta, en todos los años que llevo como terapeuta y en la intersección con la docencia universitaria, hay una falla en la formación clínica, que está precedida por la hegemonía de escuelas o modelos psicológicos cuya única misión se centra en el síntoma y en intentar "curarlo".

Entonces cuando la entrevista gira alrededor del síntoma, sus posibles causas, intensidad, duración, etc, el terapeuta se pierde de un mundo relacional y comprensivo muy amplio y no necesariamente se necesita tener la lupa sistémica, para saber de la importancia de una comprensión ecológica del síntoma y las posibles alternativas terapéuticas, pues al final una de las habilidades terapéuticas más apreciadas, es la capacidad del terapeuta de conversar y organizar con sus consultantes, clientes, pacientes, usuarios, un plan de abordaje completo (esto incluye la remisión), un elemento clave para la OPS en los espacios de supervisión de sus equipos de salud mental. 

Es por esto que en la formación clínica, se necesita desarrollar un modelo de entrevista clínica que esté orientado por el uso de diferentes tipos de preguntas, conocer los efectos emocionales, cognitivos, psicológicos que cada pregunta, realizada en el momento correcto (TIMMING) tiene en los consultantes, clientes, usuarios, pacientes o como cada quien quiera llamarlos.

La entrevista clínica es una Habilidad Terapéutica importantísima -sí, lo coloco en esta dimensión- para un ejercicio terapéutico completo. Es que Preguntar es un ARTE, pues el terapeuta necesita tener claro qué tipo de preguntas realizar, cada pregunta tendrá una intención concreta dependiendo del momento en el que se encuentren, por ejemplo: si está en el momento de entrevista encaminada a la evaluación, análisis del o los síntomas, para una posible impresión diagnóstica, las preguntas realizadas tendrán esta clara intención, pero si ya están en el momento de sesiones de seguimiento, la entrevista se convierte en conversaciones terapéuticas y las preguntas estarán dirigidas intencionalmente a producir cambios en diversos niveles. 

Por supuesto teniendo en cuenta que cada sesión es única y no sabemos si los consultantes van a regresar, se aprovecha al máximo para hacer pequeños movimientos, siempre respetando los límites y con un ánimo de generar procesos reflexivos que no duelan tanto emocional o psicológicamente. La entrevista y las preguntas, nunca se puede organizar de forma rígida, el contexto relacional es muy amplio y apegarnos a una serie de preguntas no facilita la construcción de la Alianza Terapéutica, aunque sí puede ser útil para los terapeutas inexpertos que necesitan en ese momento específico apegarse a un formato para sentirse seguros (esperemos y solo sea momentáneo)

Iniciemos con los tipos de preguntas y sus efectos durante una sesión:

1. PREGUNTA LINEAL: esta pregunta apunta a lo cognitivo, es decir, a dar unos datos muy específicos que el terapeuta necesita para comprender el contexto o el síntoma o el síntoma dentro del contexto, son preguntas que se hacen basándose en una naturaleza muy lineal de X o Y problema: ¿Quién hizo qué? ¿A qué hora? ¿Cuándo? ¿Cuánto duró? ¿Dónde pasó? ¿Por qué lo hizo? 

Este tipo de preguntas, pueden ser muy utilizadas en la primera parte de exploración y evaluación del síntoma, por ser necesarias, sin embargo, el terapeuta necesita tener cuidado de que no sea el tipo de pregunta que utiliza más seguido, porque estas preguntas tienen a transmitir una actitud de juicio y al sentirse enjuiciados, los consultantes pudiesen asumir una postura de defensiva. 

2. PREGUNTAS ABIERTAS: son preguntas que apuntan a abrir la conversación para intentar generar un espacio de comodidad, pero también son preguntas que nos ayudan a revisar el estado mental de los consultantes y su disposición para la conversación, pueden corresponder a la parte social de la primera entrevista: ¿Les resultó muy difícil llegar al consultorio? ¿Cuéntame más sobre tu trabajo? ¿Cuéntame sobre el lugar de donde vienes?

Recordar que para las preguntas abiertas, también hay un límite, no sea y el consultante sienta que están divagando y que el terapeuta no quiere saber nada sobre su problema.

3. PREGUNTAS CIRCULARES: este tipo de pregunta tiene una doble función, diagnóstica/exploratoria y terapéutica, porque supone poner en evidencia el mapa de creencias, ideas, percepciones, acciones, sentimientos y las relaciones que se hayan podido establecer alrededor y a partir del síntoma.

Se realizan por una curiosidad de las posibles conexiones que se han establecido y le regala a los consultantes la oportunidad de hablar de situaciones de las que seguramente no han podido hablar y que ahora si, por ser un espacio de contención emocional y psicológico como lo es un consultorio: ¿quién está interesado en que se solucione el problema? ¿quiénes creen que no? ¿cómo se sintió cuando su hijo dijo esto? ¿Es posible que esta misma actitud la repliquen en casa sin darse cuenta? ¿Cómo cree que se siente su esposo al respecto? 

4. PREGUNTAS ESTRATÉGICAS: estas preguntas tienen la fama de ser confrontativas, por lo que si no se realizan en el timming correcto, puede dañar la alianza terapéutica.

El terapeuta necesita ser muy claro en su intención de realizar este tipo de preguntas, realizar una conversación interna, pues la pregunta va dirigida a influenciar al consultante de manera específica para que se pueda ubicarse en posibilidades que talvez no haya visto: ¿qué sería lo peor que puede pasar si usted decide hacer esto? ¿qué pasaría si hace esto? ¿Si no está dispuesto a hacer esto, entonces qué sí podría hacer?

Llevar a que un consultante pueda realizar una acción concreta, necesita mucho tacto y sobretodo esperar que  esté listo/a para hacerlo, es importante leer los ritmos y los tiempos de cada consultante. 

5. PREGUNTAS REFLEXIVAS: su función es básicamente facilitadora, podríamos decir que es una forma de iniciar el zarandeo cognitivo, para algunos consultantes cuyas características les ha llevado a "enquistarse" en el problema y les es muy difícil, encontrar otras formas de verlo.

Se busca empezar a influir de manera indirecta en nuevas posibilidades o formas de ver el problema: ¿Es posible imaginarse que un día esto que le produce tanto daño, ya no le lastime tanto? ¿podríamos imaginar, qué necesitaría hacer para que esto se haga realidad? Sabemos que en estos momentos siente que no puede hacer mucho ¿cómo podría, si no está dispuesto a hacerlo?

También encontramos otros tipos de preguntas: Las Preguntas Milagros, Preguntas Triádicas, Preguntas sobre Alianzas, Preguntas de Clasificación, Preguntas Explicativas, Preguntas hipotéticas y seguramente ustedes conocen estas categorías de preguntas por otros nombres  o conocerán más, lo cierto es que es urgente que no se nos olvide que Preguntar es un ARTE, no un listado de preguntas para hacer de forma rígida con la sola intención de diagnosticar y de aliviar un síntoma.

Adriana Sofía Silva Silva, Psicóloga, Magíster en psicología, Magíster en terapia familiar sistémica, Supervisora clínica  equipos de salud mental, mentora en la Global Psychology Alliance, Escritora.  

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Referencias:

Fernández Liria A y Rodríguez Vega B. Habilidades de entrevista para psicoterapeutas. Capítulo 1. Biblioteca de Psicología. Ed. Desclée. 2da. Edición. 2008.

https://www.macroscopiosistemico.com/2x11-las-preguntas-del-milagro/

https://www.macroscopiosistemico.com/2x03-preguntas-circulares-con-ejemplos/

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