De las habilidades terapéuticas que un terapeuta carga en su maleta de herramientas, la Focalización ocupa un lugar especial dentro de todo el proceso terapéutico, pues Focalizar o Enfocar traza la ruta diagnóstica, orienta la entrevista y la validación o no de las hipótesis terapéuticas, organiza la estrategia terapéutica desde los objetivos terapéuticos acordados y las técnicas más apropiadas para alcanzarlos, entonces sí, focalizar o enfocar, es la pieza que cohesiona todo el proceso terapéutico.
No está de más escribir, que el foco es dinámico, va cambiando, para lo que el terapeuta necesita cierta flexibilidad (otra importante habilidad terapéutica) y sin perder el cierre del foco anterior, pueda enfocar hacia otra necesidad del paciente, a esto lo llamamos, "Redefinición del problema" y es esperable que suceda.

Todo esto cohesiona la relación psicoterapéutica, que al final es una relación profesional que se asienta sobre una relación
interpersonal, que exige roles técnicos específicos y asimétricos, los cuales se sostienen a
partir de una relación humana entre personas que están de acuerdo en trabajar juntas (Guía Clínica para la
psicoterapia, 2004, p. 100), por lo que se espera que el terapeuta guie el proceso desde su experticia y una forma de hacerlo es a través de la focalización, de paso, un elemento clave para la construcción de la Alianza Terapéutica (sí, esa que tanto repito en casi todas las entradas), pero que según De La Parra (2006) está constituida por tres componentes: a) el
acuerdo sobre la tarea de la terapia, b) el acuerdo sobre los objetivos y c) el vínculo, que corresponde a la relación afectiva, terapeuta-paciente. Esta clasificación da cuenta de la alianza como un factor
multidimensional; planteando además que la alianza terapéutica es prerrequisito para el cambio en cualquier
tipo de terapia, lo que nos lleva al significado de los factores genéricos en psicoterapia (p. 17)
Dotándolo de "carnita teórica", La tarea de focalizar consiste en concentrar la labor terapéutica en determinados conflictos o síntomas
del paciente, Michael Balint y sus colaboradores (1972) fueron quienes introdujeron el término de foco tratando de
delimitar un encuadre de psicoterapia, que además de limitarse en el tiempo se limitará en contenidos.
El concepto del foco puede comprenderse de dos formas: una de ellas, refiere a la acción de
focalizar como un modelo de trabajo, es decir, una estrategia que ordena el trabajo del psicoterapeuta. Y, la segunda, el foco como hipótesis propia del material que el paciente trae.
Por otro lado, no es extraño confundir el foco con el motivo de consulta, no son sinónimos, pero sí interdependientes, pues es muy frecuente que el foco provenga del motivo de consulta. Tampoco confundan el focalizar con los objetivos terapéuticos, para mayor claridad tomamos a Defey (2004) cuando expresa lo siguiente:
"El concepto de foco se refiere a lo qué se va a trabajar, es decir, qué temas se van a abordar, mientras
que los objetivos constituyen el para qué del tratamiento: el rumbo que va a tomar y el destino al que se dirige" (p. 37).
Dahlbender, Kâchele, Frevert y Schnekenburger (s.f.) afirman que la significación fundamental del concepto de foco para el profesional clínico radica en que éste orienta sus actividades clínicas,
desde el momento
en que le proporciona los puntos de partida para sus intervenciones terapéuticas. Los resultados
de la investigación sobre psicoterapia subrayan que el foco de
tratamiento puede ser vinculado de forma inmediata con el resultado de la terapia.
Es tarea del terapeuta el otorgar
un sentido, hasta ese momento oculto, al conjunto, en un primer momento aparentemente inabarcable, de síntomas,
modos de comportamiento,
vivencias y conflictos de un paciente.
En una primera aproximación al concepto de foco, el focalizar no es otra cosa que una
“fuerza previsora- conformadora y dadora de sentido, la cual, vinculando empatía y
orden, reconoce una crisis entre la Escila de la perplejidad y la Caribdis dela rigidez, crisis a la cual cumple superar” (Lachauer 1992, p. 25).
En este punto es importante invitar a los terapeutas para no adelantarse en pensar la técnica a aplicar, sino en hacer una comprensión lo más completa posible del síntoma y sus contextos, para FOCALIZAR, focalizar y focalizar.
Referencias Bibliográficas.
Balint, M.; Ornstein, P.H.;
Balint, E. (1972):
Focal psychotherapy. An example
of applied psychoanalysis. Tavistok. London.
De la Parra, G. (2006), Investigación, vínculo y cambio ¿Algo nuevo bajo el sol? Recuperado en:
http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000386
Defey, D. (2004) Psicoterapia Psicoanalítica Focalizada En Defey, D. y colab. Vidas en Crisis. La
Técnica de la Psicoterapia Focal Psicoanalítica en vivo. (pp .20-48). Montevideo, Uruguay: EDUCAT.
Fiorini, H. (2002) El Concepto de Foco. En: Teoría y Técnica de Psicoterapias. Buenos Aires,
Argentina: Nueva Visión, 18ª. Edición
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