martes, 28 de marzo de 2023

El Estilo Terapéutico ¿Se construye?


El Estilo Terapéutico, SÍ, se construye, es parte de todo el proceso que el terapeuta va haciendo a largo de su ejercicio profesional, es la forma en que ha encontrado cada terapeuta de aplicar una teoría teniendo en cuenta sus características y recursos personales. 

Para ponerle más carnita teórica a este concepto y proceso muy poco entrenado, de acuerdo con la visión de Fernández (1996) es posible concebir al “estilo” del terapeuta como los modos de ser constantes, habituales y únicos de cada sujeto, que comprenden una serie de factores tales como: sus ideas, creencias, situación vital, experiencia de vida, relaciones interpersonales en general, posición socioeconómica, ámbito social, estilo afectivo, religión, procesos emotivos y cognitivos, su propia historia, visión del mundo, flexibilidad, etc.

Ya en otros post he mencionado que hay lugares en común en el ejercicio de la psicoterapia y en todos los enfoques psicoterapéuticos, dado que la terapia es conducida por personas y, la relación terapéutica en tanto, vínculo que se establece entre paciente y terapeuta, es el vehículo para llegar a las metas trazadas. Existe en general dentro de la comunidad terapéutica una marcada tendencia a ubicarse, adherirse y en algunos casos tomar como un dogma a determinadas corrientes psicológicas, actuando esto, como un obstáculo para generar otros posibles enfoques y/o alternativas para comprender y ayudar a los pacientes a aliviar su sufrimiento. Chazeback (2003) 
 

Esta idea resulta clave para comprender la necesidad de hablar, trabajar y entrenar los Estilos Terapéuticos, reconociendo que no hay una sola forma de hacer psicoterapia y que la persona que conduce la psicoterapia se reconoce a sí mismo/a e intenta ir conformando poco a poco su estilo, pero 
¿Cómo se construye el estilo terapéutico?

Con su perdón, daré mi versión a partir de la experiencia en formación de terapeutas y en supervisión clínica, se necesitan 3 pilares para construir estilo terapéutico:

Pilar 1. Identificar los Recursos Personales, esas características con las que cuenta una persona, de carácter genuino y espontáneo, su perfil con base a su personalidad, esto es importante porque en el proceso de psicoterapia, el terapeuta tal como lo plantean Ceberio y Linares (2005) deberá poder identificar la intersección entre sus variables personales (Cultura, mitos, valores y creencias; Ideología política; Ciclo vital en el que se encuentra; Historia, lo que se cuenta sobre él mismo y su familia; Características personales y relacionales) y lo que es propio de los consultantes en las mismas dimensiones.

Pilar 2. Reconocer su significado de ser terapeuta y de hacer psicoterapia. El significado que cada terapeuta ha asumido sobre "ser" terapeuta, es importante, pues está asociado a su sentido o proyecto de vida y el origen de las razones por las cuáles se decidió por la practica terapéutica, aquí hay una intersección con el hacer psicoterapia, pues el terapeuta desde su significado o su sentido de ser terapeuta, asumirá una postura en el ejercicio de la psicoterapia, que debe ser reconocida, no sea que termine creyendo que es un terapeuta salvador o terapeuta clon o terapeuta todo lo vale o terapeuta omnipotente, en general, es un trabajo del Self y de cuidar el Ego.


Pilar. 3. Flexibilidad en la búsqueda de técnicas terapéuticas, esto es clave en los terapeutas, no solo ser flexible para encontrar las técnicas terapéuticas más apropiadas para los consultantes, sino que armonicen con la persona del terapeuta, es por esto que el terapeuta necesita tener claridades teóricas/metodológicas y si se flexibiliza en el uso de diversas técnicas, que sean propias del modelo terapéutico en el que decidió formarse, de tal manera que haya coherencia y después pueda hacer una evaluación de los resultados del proceso terapéutico. 

Entonces trabajar para construir el Estilo Terapéutico es una necesidad, impacta directamente en la practica ética de la psicoterapia, teniendo en cuenta que ni los consultantes, ni los terapeutas salen ilesos de un proceso terapéutico.   


Referencias.

Ceberio, M y Linares J.L. (2005). Ser y hacer en terapia sistémica: la construcción del estilo terapéutico. Barcelona: Paidós.

Fernández-Álvarez, H. & García, F. (1998). El estilo personal del terapeuta: Inventario para su evaluación. En: S. Gril, A. Ibáñez, I. Mosca y P.L.R. Sousa (Eds.), Investigación en Psicoterapia (pp. 76-84). Pelotas: Educat.

jueves, 9 de marzo de 2023

Cuando la Psicoterapia se convierte en un problema

La psicoterapia no es lineal, ni contiene una fórmula mágica, por eso siempre hablamos de procesos y niveles. 

Hacer psicoterapia no es solo sentarse en un sillón o ir a diván (según el modelo terapéutico que se maneje) para escuchar a un individuo, pareja, familias o grupos.  
Como he mencionado en escritos anteriores y en las microclase de nuestro canal de youtube, en la psicoterapia se presentan varios niveles al mismo tiempo, que van desde lo técnico (encuadre, alianza, proceso diagnóstico, entrevista, elaboración de hipótesis, historia clínica, elaboración de informe, comunicación de diagnóstico, diagnóstico diferencial, entre otros) hasta lo intrapersonal del terapeuta (vigilia de la autoreferencia, uso de autorevelaciones, para qué pregunta lo que pregunta, desde dónde lo pregunta) que en principio requerirá mucha experticia del terapeuta para estar atento/a a ellos y su relación en el momento de la sesión y en todo el proceso. 

Hoy quisiera escribir sobre un aspecto que todo terapeuta necesita vigilar mucho: Cuando la psicoterapia se convierte en un problema...para quienes no están en proceso terapéutico y se ven "afectados" por los cambios percibidos en la forma de relacionarse de la persona que sí asiste a psicoterapia. 

Entonces el terapeuta necesita en primer lugar "educar" al cliente, al paciente, consultante, en que la psicoterapia le va a dar pistas nuevas para comprenderse y producto de eso, se aprenderán otras formas de relacionarse y resolver dificultades que en primera instancia solo tendrán sentido para él, ella, ellos o elles, porque son los que están asistiendo a psicoterapia.
Pero tales cambios, es posible que sean percibidos de manera negativa o vistos como un problema para el resto de las personas que los rodean, porque implica el rompimiento de un ciclo relacional al que estaban acostumbrados, pero como no asisten a terapia, no pueden dimensionar el para qué de esos cambios, y es normal que se sientan incomodos al intentar adaptarse a unas nuevas formas de comunicarse o de actuar o de resolver situaciones. 

A las personas que no asisten a psicoterapia, les puede parecer extraño los cambios en los comportamientos de las personas que "creían" conocer, por ejemplo: si la persona tenía dificultades para expresar lo que sentía antes de la psicoterapia, les resultará extraño e incluso problemático que aquella persona que antes no decía, no opinaba, no reclamaba, estaba en silencio, ahora sí lo hace, alterando por completo la dinámica relacional. 
O la madre que solícita antes hacía todo por los hijos y la pareja, ya no está tan dispuesta y comienza a reclamar sus espacios personales, altera la forma en que la familia y la pareja funcionaba antes, algo para lo que los otros miembros no estaban listos.

Entonces, sí, la psicoterapia se convierte en un problema para quienes no asisten a ella, y esto el terapeuta necesita y debe explicárselo a los consultantes, para que estén muy atentos a esos intentos de saboteo iniciales, pues es importante cuidar todo cambio que se esté gestando producto del proceso terapéutico, evitar al máximo que se activen esos mecanismos de culpabilización al que asiste a psicoterapia: "todo ha cambiado por tu culpa", así como el de no minimizar los grandes esfuerzos hechos por la persona.

El terapeuta necesita saber cuándo la pareja, la familia o los amigos se pueden convertir en un sistema de apoyo para el proceso terapéutico y también cuando en un factor de riesgo. Entonces no solo es importante hablar esto con el consultante, sino abrir un espacio para la pareja, familia o amigos cercanos, en el que puedan conversar sobre cómo se han sentido con los cambios experimentados, esto a manera de connotación positiva para fortalecer el proceso de la persona.

Adriana Sofia Silva Silva, Psicóloga, magíster en psicología, máster en terapia familiar sistémica, supervisora clínica, escritora. 

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Uno de los grandes retos que tenemos los psicólogos terapeutas, es saber si el proceso terapéutico funcionó, pues al final, al ser talento h...